Las misses modelan y tienen cuerpos de infarto, pero para coronarse reina de belleza está visto que el físico no es suficiente. De hecho, en más de una ocasión una mala respuesta del tipo "Me encanta la música de Shakespeare" puede marcar la diferencia entre ganar o perder.
El anecdotario de pifias verbales de las participantes de Miss Venezuela daría para hacer un libro. También para subir el rating pues no hay nada que resuene más entre la gente –mucho más con las redes sociales– que la tristemente célebre respuesta que recibió Gilberto Correa a la interrogante "¿Cuál es el problema o la circunstancia que afecta más a los jóvenes?". ¿La recuerda? Esto fue lo que se oyó en boca de la representante del estado Guárico en el certamen Miss Venezuela 1980: "Yo pienso que existe una constante amenaza para nosotros los jóvenes. ¿Y quieren que les diga qué es? Una guerra nuclear. ¿Te imaginas? Eso no nos permitiría estudiar, trabajar, casarnos o tener hijos. En qué pensamos... En galáctica. Gracias".
En los últimos años la preparación de las aspirantes al cetro de la belleza nacional tiene en el ámbito de la expresión oral uno de sus puntos de mayor inflexión. Ya no se deja la en manos de las candidatas alcanzar el momento luminoso en que una frase inteligente e ingeniosa represente "colarse" entre las más bellas del país, del mundo o del universo. El verbo también se entrena.
Durante ocho años, el periodista, docente, actor y dramaturgo José Rafael Briceño, mejor conocido como el "profesor Briceño", se encargó de perfeccionar la oratoria de las chicas que sueñan con coronarse en la noche más linda de la Organización Miss Venezuela.
Antes de que decidiera dejar su trabajo en el Miss Venezuela para dedicarse al teatro, Briceño, quien ahora es sustituido por Viktor Wolf, centraba su técnica con las jóvenes elegidas por Osmel Sousa en tres áreas de preparación: la vocería ante la prensa –"preparar a las chicas para saber responder preguntas sobre, por ejemplo, las cirugías plásticas"; esas conchitas de mango a las que somos propensos los periodistas–; la expresión verbal ante un auditorio que puede ir del Estudio 1 de Venevisión al Poliedro de Caracas o al Centro de Convenciones de Moscú, y las entrevistas con los jurados.
Un camino para llegar a la meta fue comenzar por las historias personales de las chicas. Pero, además, el profesor Briceño se apertrechaba con un cuestionario de 116 preguntas –algunas tomadas en préstamo de Bernard Pivot– y como lectura obligada las aspirantes debían leerLos imposibles de Leonardo Padrón y, claro, la prensa nacional.
¿Recomendación básica? "Escuchar y olvidarse del público. Tener los oídos abiertos", dice el experto, quien confiesa que las dos fallas más comunes entre las concursantes son la oratoria estereotipada –"Lo que ellas creen que debe decir una miss; esos clichés históricos de "antes que todo, buenas noches" o "quiero trabajar por la niñez abandonada"– y el limitado repertorio de las personas que se desenvuelven en entornos cerrados como el mundo del deporte, del modelaje o del gym.
En la actualidad, Briceño asesora de manera privada a algunas concursantes del Miss Venezuela 2014, así como a Miss Ecuador y otras jóvenes de las que, por contrato, no puede hablar.
-¿Y cómo se controla el miedo escénico?
-La única forma de pasar del susto al sustico es exponiendo a las candidatas, bien sea en programas de televisión o en cualquier otro tipo de evento.
-¿Y si la cosa se pone difícil?
-Si igual se quedan congeladas en el escenario, para eso se trabaja con técnicas de manejo del estrés.
-¿Después de tanto entrenamiento las chicas se llevan algo a casa?
-Ellas serán mejores personas en la medida en que usen lo aprendido. Pero en términos generales, su capacidad para expresarse la traen de sus propias casas.La respuesta que dé una joven siempre va a ser su respuesta. Mi trabajo en todo caso consistía en pulir su fraseo y lograr que cada chica se expresara con honestidad. La oratoria es como un viaje al espacio en un simulador; el momento de la verdad ocurrirá sobre el escenario", concluye Briceño
No hay comentarios:
Publicar un comentario